lunes, 13 de agosto de 2012

AQUELOO, Dios del río Aqueloo. - Sirenas en la mitología griega.

Según la mitología griega, Aqueloo era el dios más antiguo de los espíritus de agua


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Era un dios fluvial de los tres mil que existieron, un oceánida. Se dice que Hesíodo (poeta de la antigua Grecia) hizo a los oceánidas hijos de Tetis y Océano, y cada uno de éstos personificaría a un río. Antiguamente se creía que dichos ríos estaban dominados por uno de estos oceánidas.

Eran representados como personas de avanzada edad y largas barbas, luciendo a su vez coronas fabricadas con elementos vegetativos del lugar por donde pasa su río en cuestión.





FORMACIÓN DEL RIO AQUELOO:

Según cuenta le leyenda, Aqueloo fue pretendiente de Deyanira, pero no fue el único, Heracles también la pretendía. Ambos lucharon por ella, Aqueloo tomó la forma de toro y serpiente en su ánimo por vencer a su contrincante, pero a pesar de sus esfuerzos fue derrotado. El vencedor le obligó a refugiarse en un río, el cual tomó su nombre.





CIUDAD DE NÁPOLES:

El Dios Aqueloo tenía cuatro hijas, cuyo mayor placer era cantar. Con su cante atraían a espíritus, marineros, incluso a Dioses. Por ésto, la diosa Afrodita castigó a las cuatro mujeres pasando de ser mujeres bellas a animales procedentes del cruce de dos especies, cabeza y busto femeninos y cuerpo de pájaro.




Las sirenas rivalizaban con las siete musas hijas de Zeus, y en una celebración, retaron a cantar a las musas, pidiendo que los dioses del lugar eligieran quienes cantaban mejor. Fue un espectáculo maravilloso, pero los dioses eligieron como ganadoras a las hijas de Zeus. Las sirenas se vengaron y atrayeron a algunos marineros para matarlos después.

Un día, la goleta Argos se acercó por las aguas de éstos híbridos. Orfeo, músico y poeta griego, iba en esa goleta. Al presentir el peligro de los cantos de estas cuatro hermanas, sacó su lira, haciendo sonar una armoniosa melodía y captar la atención de sus marineros en lugar de las sirenas. Orfeo con su lira era capaz incluso de detener ríos. De forma que un hechizo convirtió en estatuas a tres de las cuatro hermanas. Arténope se lanzó al mar para evitar el hechizo, pero murió.




El mar devolvió su cuerpo a la orilla y fue enterrado. En ese mismo lugar nació la ciudad de Nápoles.

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